martes, 7 de enero de 2020

¿Megaminería de multinacionales o proyectos mineros nacionales?


29 de diciembre de 2019  Por Andrés Asiain


La multitudinaria marcha por el agua en la provincia de Mendoza mostró el rotundo rechazo a la modificación de la ley 7722, que habilita el uso de sustancias tóxicas en la megaminería. La norma había sido modificada con el aval del oficialismo y de la oposición, que comparten la idea del desarrollo minero como motor del despegue de la economía de la región. 

Ya desde hace algunos años, sectores de la dirigencia mendocina creen que la provincia está perdiendo peso relativo frente a San Juan. La clave de ese retraso relativo es, desde su punto de vista, la megaminería que hace tiempo se transformó en un sector económico clave en la vecina provincia. Pero el pueblo mendocino parece preferir evitar el riesgo de contaminación de sus recursos hídricos, al aporte de empleo e ingresos que pueda generar la actividad minera en gran escala.
El debate en torno a la megaminería en Mendoza pone sobre la mesa un debate más amplio sobre la tensión entre el desarrollo productivo y su impacto ambiental
La visiones desarrollistas tradicionales suelen menospreciar el valor de un ambiente saludable, y centran su análisis exclusivamente en el impacto en término de generación de ingresos, empleo o divisas de los diversos proyectos. 
En contraste, las nuevas visiones del desarrollo basadas en el buen vivir, consideran vivir en un ambiente sano tan o más relevante que tener un auto o salir al cine. El hecho de que no tenga un valor de mercado, no le quita valor en términos de bienestar para la vida. En ese sentido, el impacto ambiental de los proyectos productivos debe ser tomado en consideración a la hora de evaluar su conveniencia.
En países del Tercer Mundo como el nuestro, la cuestión ambiental es relegada en nombre de la urgencia de generar empleo e ingresos para las mayorías empobrecidas. Sin embargo, son esas masas marginadas las que sufren la peor parte de la contaminación ambiental. 
Así lo atestiguan los asentamientos populares sobre basurales y napas contaminadas a lo largo de la cuenca Matanza-Riachuelo o del Reconquista; los pueblos fumigados con agro tóxicos, o poblados cuyos ríos contaminados les quitan su única fuente de subsistencia. Por otro lado, las ganancias de muchos de esos contaminantes proyectos productivos quedan concentradas en pocas manos y, en gran medida, son fugadas al extranjero.
En ese sentido, el debate en torno a las vías del desarrollo debe mediar la cuestión medioambiental con el impacto económico y distributivo de las actividades

Más allá del absurdo humano de destruir montañas y contaminar ríos para sacar oro y plata que luego volverá a ser enterrada en la bóveda de una banca central, es importante saber si esa banca central será el nuestro o el ajeno. 
¿Conviene destruir la cordillera con cientos de megaproyectos mineros cuyas divisas serán remitidas por las multinacionales a sus casas matrices? ¿O es preferible desarrollar 2 o 3 proyectos bajo una dirección nacional que retenga las divisas y multiplicar el empleo aprovechando ese saldo externo para movilizar actividades internas que solucionen problemas sociales como la vivienda?  

@AndresAsiain




https://www.pagina12.com.ar/238788-megamineria-de-multinacionales-o-proyectos-mineros-nacionale

Ex CEO de Nestle: “El agua no es un derecho humano, debe ser privatizada”


¿Es el agua un derecho humano libre y básico, o toda el agua del planeta pertenecen a las grandes corporaciones y debe ser tratado como un producto? En el caso de los pobres que no pueden pagar a dichas corporaciones ¿Deberían sufrir de sed debido a su falta de riqueza financiera? De acuerdo con el ex director general y ahora presidente del mayor fabricante de productos de alimentos en el mundo, las empresas deben poseer “cada gota de agua” del planeta – y no recibirás ninguna … a menos que pagues.


Nestle, conocida por enviar a las hordas de ‘guerreros de internet” para defender a la compañia y sus acciones en línea en los comentarios y foros de mensajes, incluso toma una posición firme detrás de los transgénicos de Monsanto y su “seguridad comprobada”. De hecho, el ex director general de Nestlé en realidad dice que su idea de la privatización del agua es muy similar a los transgénicos de Monsanto. En una entrevista en video, el Presidente de Nestlé, Peter Brabeck-Letmathe, afirma que ninguna enfermad ha aparecido causado por el consumo de organismos modificados genéticamente (OMG).


La actitud de este sociópata claramente tiene cero respeto por la raza humana fuera de su propia riqueza y el desarrollo de Nestlé, que ha sido sorprendido atacando contra la financiación del etiquetado de los OMG, se puede atestiguar al ver y escuchar su charla sobre el tema. Esta es una empresa que en la actualidad lucha en las zonas rurales con el fin de extraer el agua subterránea para sus productos de agua embotellada, destruyendo por completo el suministro de agua de la zona sin ningún tipo de compensación.


Según lo informado por el Corporate Watch, Nestlé y el ex director ejecutivo, Peter Brabeck-Letmathe tienen una larga historia de hacer caso omiso de la salud pública y abusando del medio ambiente, pero eso sí, participando en los beneficios de la asombrosa suma de 35 mil millones en ganancias anuales por la venta de botellas de agua solamente.


El informe dice: “La producción de agua mineral Nestlé implica el abuso de los recursos hídricos vulnerables. En la región de Serra da Mantiqueira de Brasil, hogar del parque del “circuito de aguas” cuyas aguas subterráneas tiene un alto contenido de minerales y propiedades medicinales, el bombeo excesivo ha causado el agotamiento y daños a largo plazo “.


Nestlé también ha sido objeto de críticas sobre la afirmación de que en realidad están haciendo negocios con los masivos anillos de la esclavitud. Otros detalles de la entrada de Corporate Watch:


“En 2001, Nestlé recibió críticas por la compra de cacao de Costa de Marfil y Ghana, que pueden haber sido producidos con niños esclavos. De acuerdo con un informe de investigación de la BBC, cientos de miles de niños en Malí, Burkina Faso y Togo estaban siendo comprados a sus padres indigentes y enviados a Costa de Marfil, para ser vendidos como esclavos a las plantaciones de cacao.”


Así que, ¿Es el agua un derecho humano, o debe ser de propiedad de las grandes corporaciones? Bueno, si el agua no está aquí para todos nosotros, entonces tal vez el aire deba ser de propiedad de las grandes empresas también. Y en cuanto a los cultivos, Monsanto ya está trabajando duro para asegurarse el monopolio de los cultivos básicos. Realmente no debería ser una sorpresa que este Presidente Nestle luche por mantener los OMG de Monsanto vivo y bien adentro en el suministro de alimentos, ya que sus líneas ideología van con la de Monsanto. (buscandolaverdad.es)


VERSIÓN OFICIAL DE NESTLÉ SOBRE LAS PALABRAS DE EX CEO DE LA MARCA, PETER BRABECK-LETMATHE

¿Qué quiso decir el ex-Presidente de Nestlé Peter Brabeck-Letmathe cuando afirmó que el agua no es "gratis"?
Peter Brabeck-Letmathe cree que el agua es un derecho humano y que cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, tiene derecho a disponer de agua limpia y segura para beber y sanearse.

Brabeck comparte la visión de Naciones Unidas de que "en el planeta hay agua suficiente para 7.000 millones de personas, pero está distribuida de forma desigual, y una parte importante de ella está desaprovechada, contaminada y gestionada de forma insostenible".
De acuerdo con ONU-Agua, la escasez de agua afecta ya a todos los continentes. Cerca de 1.200 millones de personas, o al menos una quinta parte de la población mundial, vive en áreas de escasez física de agua, y 500 millones de personas están en vías de encontrarse en la misma situación.
Brabeck siempre ha manifestado que todas las personas deberían tener acceso gratuito al agua que necesitan para beber y para sanearse, independientemente del lugar del mundo donde vivan.
Sin embargo, cree que no es justo que más de 2.000 millones de personas en todo el mundo carezcan incluso de un simple lavabo, y que más de mil millones no tenga acceso a ningún tipo de fuente de agua potable mejorada, mientras que en otras partes del mundo la gente puede usar cantidades excesivas de este bien tan preciado y cada vez más escaso para propósitos no esenciales, sin hacer frente a ningún coste para su infraestructura.
El ex CEO de Nestle lleva años liderando los esfuerzos del sector por concienciar al mundo sobre el problema de la escasez de agua.
Ha explicado su punto de vista en relación con el tema en numerosas entrevistas, paneles de discusión y programas de televisión, incluyendo, entre otros:
Another inconvenient truth (Opinion-editorial, New York Times, 2008)
Water as a scarce resource (Interview with McKinsey, 2009)
The looming water shortage: Nestlé chief calls for more research as problem worsens(Interview with Harvard Gazette, 2010)
Peter Brabeck, Nestle Chairman, eyes looming world water crisis (Interview with Reuters, 2012)
Nestlé's Peter Brabeck: our attitude towards water needs to change (Interview with the Guardian, 2013)
Nestlé's Peter Brabeck-Letmathe discusses the future for water sustainability (Interview with CNBC, 2014)
Nestlé Chairman warns water scarcity 'more urgent' than climate change (Interview with the Financial Times, 2014)
Peter Brabeck preside el Grupo de Recursos Hídricos 2030 (www.2030wrg.org/), una iniciativa conjunta entre empresas, organizaciones gubernamentales y la sociedad civil, cuyo objetivo fundamental es el de encontrar soluciones prácticas para hacer frente a la escasez de agua.
También dirige la Iniciativa de Agua del Foro Económico Mundial (www.weforum.org), una influyente asociación pública-privada que explora posibles soluciones a la escasez de agua y que fomenta el diálogo y la colaboración entre los diferentes grupos de interés.
Además escribe periódicamente sobre las actividades que realiza para llevar a la agenda de políticas públicas el problema de la escasez de agua y el acceso al agua, como por ejemplo el hecho de abogar por el acceso universal a agua potable y segura como muy tarde para 2025.

Siberia, Indonesia, la Amazonía: un mundo en llamas

En Sudamérica, la cuenca del Amazonas arde. Del otro lado del mundo, en África central, vastas extensiones de la sabana están en llamas. Las regiones árticas en Siberia se queman a un ritmo sin precedentes.

Por Kendra Pierre-Louis ·         30 de agosto de 2019  EL TIMES

Los incendios ahora son más severos y suceden en lugares en los que rara vez pasaban, como en la tundra de Alaska. Se teme que el cambio climático exacerbe el peligro en otras zonas del planeta.
·         30 de agosto de 2019


En Sudamérica, la cuenca del Amazonas arde. Del otro lado del mundo, en África central, vastas extensiones de la sabana están en llamas. Las regiones árticas en Siberia se queman a un ritmo sin precedentes.

Aunque los incendios en Brasil se han convertido en una crisis internacional, son solo una parte de los muchos que suceden alrededor del mundo. Su mayor severidad y dispersión a lugares donde antes rara vez había incendios provoca temor de que el cambio climático esté exacerbando el peligro.
Las temperaturas más calientes y condiciones más secas “van a seguir coadyuvando al potencial de un incendio”, dijo John Abatzoglou, profesor adjunto del Departamento de Geología en la Universidad de Idaho, al describir el riesgo de que haya “incendios grandes e incontrolables en todo el mundo”, si continúan las tendencias del calentamiento.
Los incendios forestales contribuyen al cambio climático no solo porque liberan en la atmósfera dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero, sino también porque matan árboles y vegetación, los cuales eliminan del aire las emisiones responsables de alterar el clima.
¿Qué está pasando en el mundo?
En este año se ha visto un incremento drástico en los incendios forestales de algunas regiones árticas que tradicionalmente no solían quemarse.
Desde julio, los incendios han reducido a cenizas aproximadamente 2,5 millones de hectáreas de bosques siberianos, una extensión comparable a la del estado de Vermont. En Alaska, los incendios han consumido más de un millón de hectáreas de tundra y bosques nevosos, lo cual ha hecho que algunos investigadores digan que la combinación del cambio climático y los incendios forestales podría alterar de manera permanente los bosques de la región.
El Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta y, algunas investigaciones han revelado que, a medida que se calienta, “también se espera que haya más relámpagos”, afirmó Abatzoglou. Y, en áreas remotas, los relámpagos son una causa importante de incendios.

Puesto que los incendios están surgiendo en lugares donde antes eran inusuales, según advierten algunos investigadores, estos amenazan con contribuir a un círculo vicioso en el que los incendios forestales posiblemente aceleren el cambio climático al añadir a la atmósfera importantes cantidades de dióxido de carbono, un potente gas de efecto invernadero.

Y a pesar de que se suele describir a la Amazonía como el Pulmón del Mundo, aludiendo a la capacidad de este bosque de producir oxígeno y almacenar dióxido de carbono, otros bosques como los de Siberia son tan importantes para el sistema climatológico del mundo como los bosques tropicales.
Una de las razones por las que los incendios en los bosques árticos son especialmente preocupantes es que, además de que se queman árboles y pastizales, también se incendia la turba, un material orgánico parecido a la tierra que está en el suelo y que, por ser rico en carbono, al quemarse emite mucho más dióxido de carbono que los árboles por cada hectárea que se consume. Antes, los incendios de turba en climas septentrionales eran raros porque había más humedad, la cual ahora está desapareciendo a medida que la región se hace más cálida y seca.
Por cuestiones geográficas, económicas, políticas y climatológicas, no hay una manera sencilla de categorizar los incendios forestales, cada uno es distinto y puede presentar una mezcla de causas de fondo.
“Tenemos los incendios intencionales que se generan debido a la preparación de tierras para el cultivo. Tenemos incendios que están sucediendo en áreas remotas que posiblemente no habría, al menos a este grado, de no ser por el cambio climático”, dijo Abatzoglou.
En distintas partes del mundo, estas fuerzas interactúan de maneras sorprendentemente diferentes.
Indondesia y la Amazonía: incendios provocados
La crisis en la Amazonía es un ejemplo de fuegos que se prenden de manera deliberada, a fin de desmontar tierras que se usan para cultivar o para que el ganado paste. En el caso de Brasil, la razón es la demanda mundial de soya y ganado vacuno, sobre todo desde que China se ha vuelto más rica y más gente puede comprar carne.
Entre 2004 y 2012, la deforestación en la región había disminuido, pero eso cambió en 2013.
Jair Bolsonaro, quien fue elegido presidente de Brasil en 2018, ha defendido la expansión de la industria agrícola y descartó la idea de aumentar protecciones a grupos indígenas que viven en la selva, lo cual ha creado la preocupación de que el ritmo de la deforestación pueda aumentar aún más.
Los informes iniciales sugieren que los incendios de este año, que coinciden con la temporada seca de la Amazonía, posiblemente empeoren en parte debido a que la guerra comercial de Estados Unidos con China, uno de los mayores compradores de soya en el mundo, ha obligado a Pekín a encontrar nuevos proveedores para remplazar a los productores estadounidenses. De cualquier manera, “aún no sabemos qué porción del área se ha incendiado”, advirtió Laura C. Schneider, profesora adjunta del Departamento de Geografía de la Universidad de Rutgers.
Las comunidades indígenas en la Amazonía han usado fuego en la selva durante generaciones, aunque suelen cultivar áreas mucho más pequeñas, plantar una cierta diversidad de cultivos y cambiar de parcelas después de unos años para que la selva pueda volver a crecer.
“Es importante mencionar que son capaces de controlar esos incendios. Reitero, ahora lo inusual es que este fuego se ha salido un poco de control”, explicó Schneider sobre las prácticas de las comunidades indígenas.
Eso es diferente a lo que actualmente está sucediendo en la Amazonía, donde, debido a que la agricultura en la actualidad está más industrializada, las tierras deforestadas suelen quedarse preparadas para el cultivo de manera permanente. Sin embargo, de cualquier manera, a veces se prende fuego: con frecuencia los agricultores desmontan un campo para nuevos cultivos quemando el rastrojo de los cultivos anteriores, lo cual explica muchos de los incendios actuales.
En el sureste asiático se está dando un patrón similar, pues el 71 por ciento de las turberas (un tipo de humedal) se han perdido en Sumatra, Borneo y Malasia peninsular entre 1990 y 2015. En muchos casos los bosques fueron remplazados por plantaciones para producir aceite de palma, uno de los cultivos más importantes de la región que se usa en una variedad de productos, desde galletas hasta colonia.
En 2015, el esmog y la bruma del fuego en las turberas fueron tan severos que es probable que hayan ocasionado la muerte de cien mil personas, de acuerdo con un estudio publicado al año siguiente. A raíz de la bruma de aquel año, el gobierno adoptó una serie de medidas para reducir el número de incendios, pero este año, la bruma ha regresado.
El Ártico: una nueva fosforera
Aunque ambos involucran la quema de turba, los incendios en Indonesia son bastante diferentes de lo que están sucediendo en las zonas septentrionales del mundo, como el Ártico. A mediados de este año, se desataron incendios forestales en toda la región, incluyendo Alaska, Groenlandia y Siberia, en lugares que no solían incendiarse.
Siberia se descongela
El fuego se enciende a causa de las temperaturas más altas que secan las plantas y las hace más inflamables. Muchos investigadores dicen que el calor es una señal del cambio climático en una región que se ha calentado con mayor rapidez que el resto del mundo. Por ejemplo, a mediados de este año partes de Alaska batieron récords: Anchorage alcanzó la temperatura histórica de 32 grados Celsius el 4 de julio, cuando la temperatura promedio para esa fecha es de 23 grados.
Conforme se propagan estos fuegos, también se extienden sus emisiones de dióxido de carbono, las cuales han alcanzado sus niveles más altos desde que en 2003 se empezó a llevar un registro con satélites.
Tan solo durante los primeros dieciocho días de agosto, los incendios en el Ártico han emitido 42 megatoneladas de dióxido de carbono. Eso hizo que el total para junio, julio y la primera mitad de agosto fuera de más de 180 megatoneladas, más o menos tres veces y media más de lo que Suecia emite en un año.
Los incendios no solo se consideran una señal del cambio climático, sino que también pueden exacerbar el calentamiento global debido al hollín que se produce con la quema de turba, que es rica en carbón. Cuando el hollín se asienta en los glaciares cercanos, el hielo absorbe la energía del sol en lugar de reflejarla, lo cual acelera el derretimiento del glaciar.

California y África: el ciclo estacional de los incendios
Si bien los incendios que han golpeado el Ártico son inusuales, no todos son tan inesperados. En algunos lugares, hay un ciclo estacional de incendios que desempeña un papel importante en el ecosistema.
Un ejemplo es el oeste estadounidense.
Es cierto a nivel global que los humanos provocan la mayoría de los incendios, ya sea de manera accidental al dejar caer un cigarrillo, o con fogatas, o de manera intencional para preparar tierras para cultivo. Sin embargo, una razón por la que lugares como California al parecer tienen incendios todos los años es porque este estado, junto con gran parte del oeste y suroeste de Estados Unidos, es lo que los investigadores llaman ecosistemas adaptados al fuego.
En otras palabras, algunas zonas han evolucionado con el tiempo no solo para tolerar el fuego, sino para además necesitarlo. Por ejemplo, el pinus contorta, un árbol perennifolio común en el oeste de Estados Unidos, necesita del calor para liberar sus semillas.
Existe un patrón similar en algunos de los incendios de África subsahariana que han atraído la atención del mundo últimamente. De acuerdo con Abatzoglou, los ecosistemas de la sabana justo al norte y al sur de los bosques tropicales de África se incendian de manera predecible cada dos o tres años.
“En realidad este es el ecosistema con mayor proclividad a incendiarse en el mundo. Es la combinación justa de estar lo suficientemente mojado para tener la cantidad justa de combustible y suficientemente seco para quemarse, además hay bastantes relámpagos”.

Aun así, el cambio climático puede tener efectos drásticos en los incendios forestales, incluso en estas partes del mundo. Por ejemplo, un conjunto de investigaciones publicadas este año indican que los incendios de California son un 500 por ciento más grandes de lo que serían sin el cambio climático provocado por el hombre.
Kendra Pierre-Louis es una reportera de medioambiente. Antes de unirse a The New York Times en 2017, cubrió ciencia y ambiente para Popular Science. @kendrawrites
Para más noticias sobre el medioambiente y el cambio climático, sigue a @NYTClimate en Twitter.


Kendra Pierre-Louis is a reporter on the climate team. Before joining The Times in 2017, she covered science and the environment for Popular Science. @kendrawrites

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